ELA hizo pública ayer su oposición a una fusión «a dos» entre BBK y Kutxa, dejando a Vital fuera, al considerar que resulta «social y económicamente incomprensible», y políticamente «incoherente».
ELA se opone a una fusión entre BBK y Kutxa por ser «social y económicamente incomprensible» además de políticamente «incoherente». Además, calificó de «desatino» que la resultante de la fusión y la Vital acaben «compitiendo entre sí» y se mostró preocupado por la «grave» afección del empleo.
La Federación de Servicios de ELA y las secciones sindicales de Caja Vital, Kutxa y BBK señalaron que «la posible fusión de las cajas vascas está sobre la mesa. La novedad esta vez, para nuestra sorpresa, es que esa fusión se plantea `a dos' BBK y Kutxa, dejando a la Vital fuera. ELA no está de acuerdo con esa decisión», afirmó.
Consideró que, desde el punto de vista «social y económico» resulta «incomprensible» porque «se ha acordado en sede política y en función de intereses políticos y económicos». «Que la fusión termine siendo a dos o a tres -o aún mejor, aunque descartado, a cuatro con CAN- está sujeta a los acuerdos o desacuerdos entre los partidos políticos», dijeron.
La operación también es «incoherente políticamente», ya que resulta «sorprendente que para quienes fueron compañeros de viaje en el reparto de los cargos de presidente y vicepresidente de la Vital y que calificaron de `estratégica, inaplazable y necesaria'» la fusión «haya dejado de serlo ahora».
«No parece compatible un desacuerdo de fondo sobre la Vital con el mantenimiento de diálogos institucionales normalizados como negociación de presupuestos, entre los partidos afectados, y que este tema pueda quedar excluido de esas conversaciones». Preguntó si «es o no es estratégica la fusión de las cajas vascas».
«Debate manipulado»
ELA consideró que se asiste a un «debate manipulado por las estrategias partidarias de cara a las próximas elecciones políticas», de forma especial en Araba, donde «se ha hecho y se sigue haciendo mucha demagogia sobre este tema».
Expresó su «preocupación por el empleo», ya que «no optar por la fusión a tres» plantearía una discusión que «es inaplazable y que podría afectar gravemente al empleo». «Si no se da la fusión a tres ¿van a competir entre sí por la expansión futura la caja resultante de la fusión y la Vital en el resto de territorios, incluyendo los propios territorios vascos? Si eso es así, nos parece un desatino», afirmó.
Recordó que, en su día, defendió «qué condiciones se debían dar para una fusión», entre las que debía priorizarse el carácter social, «alejado de orientaciones neoliberales y que apueste por la vertebración económica y social de Euskal Herria». Agregó que «los principios sociales no han sido los que han movido a las cajas en el pasado y tampoco son esos principios los que orientan la fusión. A modo de ejemplo, en el ámbito de las condiciones de trabajo, las cajas recurren sin ningún problema a la subcontratación, a las ETTs, a las empresas de servicios, a las dobles escalas y a la precariedad».
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