En un nuevo informe de la CSI se deja bien claro que el gobierno de Turquía tiene mucho por hacer tanto en lo concerniente a la legislación como a la práctica relativa a los sindicatos del país y a las condiciones de sus trabajadores y trabajadoras.
Este informe, dado a conocer coincidiendo con la revisión de la política comercial de Turquía que lleva a cabo la Organización Mundial del Comercio, señala que Turquía sigue restringiendo los derechos de los trabajadores de formar sindicatos y los derechos de los sindicatos existentes de hacer negociaciones colectivas, que en el mercado laboral turco hay mucha discriminación y que centenares de miles de niños que no deberían hacerlo, trabajan.
"Tomando en cuenta las ambiciones de Turquía de adherirse a la Unión Europea, nos sorprende que ese país siga restringiendo la libertad sindical. La Comisión Europea ha señalado en reiteradas oportunidades que Turquía tiene que mejorar la situación existente con respecto a esto. Estamos totalmente de acuerdo", dijo Guy Ryder, Secretario General de la CSI.
"Turquía impide que muchos de sus ciudadanos y ciudadanas, especialmente los que trabajan en el sector público, se afilien a sindicatos. La policía y otras autoridades interfieren en las actividades sindicales, convirtiendo en una farsa la supuesta libertad sindical del país. Una y otra vez, el Estado pone obstáculos para los convenios colectivos que se negocian entre sindicatos y autoridades locales, a pesar de los fallos contra esta práctica pronunciados por la Corte Europea de Derechos Humanos. Turquía tiene que mejorar mucho con el fin de conformarse a las normas internacionales y los convenios que ha refrendado", dijo Ryder.
El gobierno de Turquía debe corregir además otras falencias relativas al respeto de los derechos de los trabajadores, como la insuficiente protección contra la discriminación antisindical y las considerables restricciones que pesan sobre el derecho de huelga.
En el informe se muestra asimismo que aunque en la ley no se hacen distinciones entre hombres y mujeres, en la práctica, las mujeres son mayoritarias en los puestos de trabajo de baja calidad y mal remunerados, especialmente en el sector privado. Existe una diferencia salarial y educacional entre los hombres y las mujeres, habiendo muchas más mujeres analfabetas que hombres.
"Si bien las leyes turcas pueden no colocar directamente a las mujeres en una posición más débil, el marco legal no es adecuado para corregir el hecho de que las mujeres están en tal situación y sufren cotidianamente discriminaciones, hostigamiento y abusos", declaró Ryder.
En el informe se señala que si bien hubo algunos progresos, el trabajo infantil continúa siendo un problema en Turquía. Las estadísticas más recientes muestran que 764.000 menores de 12 a 17 años de edad trabajan, fundamentalmente en granjas familiares, la industria y actividades no declaradas. Hay muchos chicos de la calle que trabajan como vendedores ambulantes o que desarrollan una mendicidad forzosa. Si bien continúan los esfuerzos por reducir el trabajo infantil, éstos parecen no ser suficientes y la legislación actual también adolece de falencias al respecto.
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