jueves, 7 de octubre de 2010

La elevada precariedad obstaculiza la demanda de trabajo decente

Jornada mundial por el trabajo decente

La Confederación Sindical Internacional (CSI) exige en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente la necesidad de crear puestos de trabajo y poner fin a los planes de austeridad para impulsar la economía. Sin embargo, es difícil garantizar el trabajo decente ante el elevado y creciente paro, la enorme precariedad que, a juicio de la CSI, «crea desigualdad», y la gran discriminación entre los salarios de hombres y de mujeres, pero también entre distintos países.

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Juanjo BASTERRA | BILBO

La Confederación Sindical Internacional (CSI) desarrolla la Jornada Mundial por el Trabajo Decente en más de 111 países de todo el mundo con reivindicaciones estratégicas para la recuperación económica: «La necesidad de crear puestos de trabajo y poner fin a las medidas de austeridad por parte de los gobiernos» porque «sólo así -dice la CSI- se superará la crisis». También exige que «los servicios públicos de calidad no se recorten» y, además, que «sea el sector financiero el que pague el daño que ha causado».

El rumbo que han adoptado los gobiernos y los organismos financieros y económicos van en la dirección opuesta: las nuevas acciones profundizan en el recorte del empleo y en la reducción de la protección social. En Hego Euskal Herria el paro sigue aumentando y representa ya el 12,56% de la población activa, es decir 171.923 personas, una tasa situada justo por detrás de Irlanda (13,9%), Eslovaquia (14,6%), Lituania (18,2%), Estonia (18,6%), Letonia (19,5%) y el Estado español (20,5%). El desempleo vasco está en el pelotón de cabeza de la UE, lo que supone un fracaso de las políticas económicas y sociales.

Entre setiembre de 2006 y 2010, un total de 75.515 personas han engrosado las listas del paro en suelo vasco, lo que supone un aumento del 78,3% en este quinquenio. Hay 45.500 ocupados menos en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa, y se han realizado 118.155 contratos de trabajo menos. En este caso, domina la precariedad y la elevada temporalidad de los mismos. Desde setiembre de 2006 se han realizado 22.762 contratos indefinidos menos.

25 años de pérdida

Este progresivo deterioro del mercado laboral se acrecentará con los mecanismos de destrucción de empleo que la recién aprobada reforma laboral deja en manos de los empresarios.

El ex secretario general de Empleo del Gobierno español Antonio González reconoce en un informe sobre el modelo productivo y el mercado de trabajo que «en la mayoría de países de la UE el PIB ha caído más que el empleo», salvo en el Estado español. Entre las razones que explican esa situación está «la pérdida de estabilidad en el empleo, que se arrastra desde hace 25 años, dificultando el sostenimiento del crecimiento económico». En realidad, esa desregulación del mercado de trabajo se ha ido propiciando a través de las sucesivas reformas laborales, aunque esta última es la que ha incidido más en cuanto al abaratamiento del despido, la facilitación de la rescisión de contratos y la apertura de la contratación por medio de las agencias de colocación privadas.

La CSI subraya que el declive de los ingresos de los trabajadores es parte de este problema. Afirma que las instituciones financieras internacionales deberían «conceder mayor atención» a lo que considera una de las causas fundamentales de los desequilibrios comerciales, así como a otros factores de desestabilización: «La creciente desigualdad de ingresos dentro de la mayor parte de los países del mundo, tanto en desarrollo como los industrializados, que ha acompañado a los procesos de globalización de las últimas décadas».

En la Unión Europea de los Veintisiete existe una gran diferencia salarial entre trabajadores de uno y otro país. Los daneses perciben salarios de más del doble que los del Estado español y el doble que los del Estado francés, según los datos del anuario de Eurostat sobre el mercado laboral de 2010. Por lo tanto, en tiempos de crisis los que más pierden siempre son los que menos ganan.

Desigualdades en aumento

Pero la CSI también incide en señalar que la flexibilización del mercado de trabajo «ha contribuido considerablemente al aumento de las desigualdades». Critica la existencia de «una sobrerrepresentación de mujeres en situaciones de trabajo precario, como a tiempo parcial, temporal, a través de agencias o subcontratadas». De hecho, se sabe que la tasa de temporalidad de Hego Euskal Herria se encuentra, en este momento de destrucción de empleo temporal, ocho puntos por encima de la media europea.

La confederación sindical destaca que los empresarios han aprovechado la crisis global para que, en muchos casos, los trabajadores no se hayan beneficiado de «mayores ingresos» poniendo como disculpa la crisis económica, aunque «las ganancias de productividad en las empresas han aumentado en muchos sectores y en muchos países, debido a que los flujos de exportaciones han crecido bastante más».

Por eso, la CSI considera que, para disponer de un trabajo decente, «corregir el declive de los ingresos de los trabajadores y reducir la brecha de género deberían ser objetivos centrales de las instituciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial» de forma prioritaria.

En Hego Euskal Herria, según los datos del INE sobre la encuesta anual de estructura salarial, de 2008, las mujeres perciben unos ingresos inferiores de un 38,6% que los hombres, pero hay que tener en cuenta que si en esa fecha el salario medio se situó en torno a los 24.000 euros, los trabajadores y trabajadoras más jóvenes percibieron 10.000 euros menos al año que la media de los trabajadores. Las mujeres pierden en todos los grupos de edad. Por eso, la Confederación Sindical Internacional concluye que esos organismos internacionales «no pueden afirmar haber contribuido con éxito al desarrollo de los países si los ingresos nacionales se orientan cada vez más hacia una élite rica. Además de contribuir a aumentar las desigualdades, unas políticas que ignoren el impacto distributivo incrementan las perspectivas de inestabilidad económica y social, como ha quedado patente con la recesión y la crisis financiera mundial».

Por ello, reclama «creación de empleo y protección social para avanzar».

78,3% más

En Hego Euskal Herria el desempleo ha aumentado en un 78,3% en el último quinquenio y más de 75.515 personas han engrosado las listas del paro. El mercado laboral se precariza y los asalariados vascos perciben la mitad del salario de un danés o un 60% menos que en Alemania, país que ha destruido menos empleo que el Estado español con salarios muy bajos.

11%

Un 11% de los trabajadores del Estado español perciben salarios que no superan el umbral de la pobreza, por lo que se les considera trabajadores pobres. En Gran Bretaña ese porcentaje se acerca al 20% y en Finlandia, al 4%.

DISCRIMINACIÓN

Los datos del INE sobre salarios muestran que en Hego Euskal Herria las mujeres perciben un sueldo un 38,6% inferior al de los hombres. Además, esa diferencia se acrecienta entre los jóvenes trabajadores de menos de 25 años.

DECLIVE DE INGRESOS

La Confederación Sindical Internacional subraya que uno de los problemas que tiene la economía mundial es que se está produciendo «un declive generalizado de los ingresos», lo que lleva a que no aumente el consumo ni se regenere el motor económico.

La economía sumergida avanza fijando los cimientos de la explotación laboral

La Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo -Eurofound o Fundación Dublín- explica en su anuario sobre las condiciones de vida y de trabajo en Europa que «el trabajo no declarado de por sí es legal, pero cuando su existencia no se comunica a las autoridades fiscales, tiene un efecto negativo considerable en las finanzas públicas y constituye un problema para los veintisiete estados europeos».

Este organismo, que depende de la Comisión Europea, no dice nada del perjuicio que supone para los propios trabajadores, que son explotados con más facilidad que el resto de trabajadores de la Unión Europea.

La economía sumergida en la UE tiene un elevado seguimiento, como reconocen Breindusa Anghel y Pablo Vázquez en un estudio para el Círculo de Empresarios. En el ránking de economía sumergida en relación al PIB, Grecia se encuentra en los niveles más elevados con un 25% en el periodo de 1990 a 2010. Le siguen Italia y el Estado español, con un 23% y un 22%, respectivamente, según el informe. En el Estado francés se sitúa en cerca del 13%, mientras que Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña se encuentran entre los niveles más bajos de economía sumergida, por debajo del 12%.

En el informe se explica que en el Estado español el fuerte crecimiento de la economía sumergida se produjo entre los años 1994 y 1995, «cuando aumentó el paro» y hubo «una desaceleración de la tasa de crecimiento». A partir de 1997 ese porcentaje se estabiliza, pero en ningún momento ha bajado del 20%.

La conclusión a la que se llega en el estudio es que «el tamaño de la economía sumergida es mayor de lo que la mayoría de los gobiernos reconocen» y advierte que en este momento está creciendo. J. BASTERRA

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